LA MEMORIA
La memoria humana es un proceso mental y una de las funciones más
importantes de nuestro cerebro; es ocasionada por la conexión sináptica entre
neuronas y se define como la capacidad para recordar. Podemos encontrar en la
misma tres funciones básicas y diferentes tipos de memoria.
Funciones básicas de
la memoria: codificación, almacenamiento y recuperación.
Codificación: es el proceso por
el cual la información es preparada antes de ser almacenada. La información
puede ser codificada de diferentes formas: información sensorial de tipo
visual, acústica, o semántica, a través de imágenes, sonidos, o experiencias.
Almacenamiento: se le llama a la
etapa continua a la codificación; cuando la información ya fue codificada, esta
puede ser almacenada en la memoria a corto plazo o a largo plazo.
Recuperación: es el proceso final de la memoria, el que
nos permite encontrar la información deseada en el momento que la necesitamos.
Mediante el recuerdo podemos encontrar información de acontecimientos que
fueron guardados en nuestra memoria en el pasado.
Dentro
de la complejidad de la memoria podemos encontrar tres tipos, con sus
respectivas divisiones.
Tipos de memoria:
sensorial, a corto plazo y a largo plazo.
Memoria sensorial: tiene la capacidad
de registrar por un breve lapso la información que percibimos mediante nuestros
sentidos.
Dentro de la memoria sensorial podemos identificar dos tipos: memoria
ecoica y memoria icónica.
La memoria ecoica, también llamada
sensorial auditiva, se encarga de almacenar por breves instantes los
primeros segmentos del estímulo auditivo; este tipo de memoria es la requerida
para llevar a cabo una conversación y por ende para hablar.
La memoria icónica, también denominada sensorial visual, se encarga en conservar durante un
breve periodo de tiempo las imágenes percibidas durante la fijación ocular.
Esta memoria se encarga de captar el movimiento de las imágenes, y que
las mismas permanezcan un tiempo en nuestra memoria antes de que estas se
desvanezcan.
Memoria a corto
plazo, también denominada
memoria operativa, retiene la información generada por el medio que nos rodea,
pero con una capacidad limitada. La información obtenida desaparece en un lapso
de hasta 45 segundos aproximadamente, a menos que esta sea conservada en
nuestra memoria con ayuda de la función de recuperación.
Memoria a largo
plazo: este tipo de memoria puede almacenar permanentemente la información,
esta memoria presenta una capacidad ilimitada para el almacenamiento de
información.
Dentro de la memoria a largo plazo podemos encontrar varias divisiones:
memoria declarativa, procedimental, episódica, semántica, explícita e
implícita.
Memoria declarativa: se encarga de almacenar información sobre los acontecimientos; por ej.:
nombres, fechas, etc.
Memoria procedimental: es la encargada en
almacenar el conocimiento de las habilidades motoras y de los procedimientos
realizados en el entorno. Nos muestra recuerdos que hemos almacenado mediante
la práctica; por ej.: como peinarnos, cómo escribir, etc.
Memoria episódica: este tipo de
memoria almacena (en ciertas ocasiones detalladamente) nuestras experiencias.
Nos permite recordar vivencias y episodios ocurridos en un determinado lugar.
Memoria semántica: este tipo de memoria almacena el conocimiento necesario para el uso del lenguaje,
hechos relacionados con el mundo y conocimientos generales que no están
por lo general basados en experiencias propias.
Memoria implícita: está almacena
información inconscientemente sobre hábitos, habilidades y nos permite de esta
forma aprender a hacer ciertas cosas sin estar consciente de ello. Por ej.:
andar en bicicleta.
Memoria explícita: A diferencia de la
memoria implícita, con este tipo de memoria si sabemos que contamos con dicha
información. La memoria explícita almacena información sobre hechos,
aprendizajes y vivencias propias, de las que somos totalmente conscientes.
PERCEPCION
La percepción es la manera en la que el cerebro de
un organismo interpreta los estímulos sensoriales que recibe a través de los
sentidos para formar una impresión consciente de la realidad física de su
entorno.
También describe el conjunto de procesos mentales mediante el cual una
persona selecciona, organiza e interpreta la información proveniente de
estímulos, pensamientos y sentimientos, a partir de su experiencia previa, de
manera lógica o significativa. En
la filosofía, la percepción es la aprehensión psíquica de una realidad
objetiva, distinta de la sensación y de la idea, y de carácter mediato o
inmediato según la corriente filosófica (idealista o realista).
Teoría empirista de
la percepción
También
llamada teoría
asociacionista, esta teoría tiene sus bases en el pensamiento
aristotélico. Desde esta óptica, la percepción tiene como base
sensaciones más o menos caóticas que el sujeto perceptor ordenará
posteriormente. La organización de la percepción siempre se efectúa desde
conocimientos previos de la realidad.
El
sujeto que percibe es pasivo en un principio y se limita a recibir los
estímulos externos para luego proceder activamente y organizar el
"mosaico" de la percepción. El empirismo clásico fue una corriente
importante cuyos representantes son David Hume, David Hartley y Wilhelm Wundt, entre otros.
Esta
corriente se denomina constructivismo y
considera que la percepción no puede aislarse de la actividad cognitiva del
sujeto. En el acto de la percepción, el sujeto proyecta su atención hacia
determinadas características ambientales y entonces hace un muestreo, es decir,
selecciona cierta cantidad de información de los objetos y estímulos recibidos.
A la vez, esta información activará o modificará los esquemas en que se
encuadrará la percepción, y le dará un significado.
Teoría innatista o
de la forma
También
llamada teoría racionalista. Sus orígenes se remontan al ideal platónico. Presupone la existencia de un sujeto que percibe
mediante unas capacidades innatas (de nacimiento, no adquiridas). Los datos de
la experiencia vendrían organizados automáticamente en el
mismo acto de la percepción cuando vemos las cosas. No unificamos los datos
dispersos de la sensación como si fuera un rompecabezas, sino que percibimos el
mosaico total, directa e indirectamente.
La
escuela de la Gestalt ha considerado el concepto de organización como resultado
directo de los procesos sensoriales. No existen sensaciones puras sino
sensaciones organizadas. La organización perceptiva sería el resultado de los
procesos físicos que tienen lugar en la corteza cerebral.
Habría un cierto isomorfismo (una igualdad de forma) entre la estimulación
externa y los efectos que esta produce en el cerebro. Así pues, nuestra
percepción sería el resultado de una adaptación biológica al medio. No cabría
la posibilidad de plantearnos si lo que percibimos es una mera realidad
subjetiva o una correspondencia con lo que es realidad en nuestro umbral de
percepción.
La
visión que la percepción nos proporciona está ordenada en sí misma,
estructurada con los caracteres propios de un todo. Las partes de la percepción
dependen del todo de la percepción.
NATURALEZA DE LOS
ESTIMULOS SENSORIALES
La
percepción es el primer proceso cognoscitivo, a través del cual los sujetos captan información
del entorno, la razón de esta información es que usa la que está implícita en los
estímulos captados por los sistemas sensoriales y que permiten al individuo
animal (incluyendo al ser humano) formar una representación de
la realidad de su entorno. La luz, por ejemplo codifica la información sobre
la distribución de la materia-energía en el espacio-tiempo, permitiendo una
representación de los objetos en el espacio, su movimiento y la emisión de
energía lumínica.
A
su vez, el sonido codifica la actividad mecánica en el entorno a
través de las vibraciones de las moléculas de aire que transmiten las que acontecen en las
superficies de los objetos al moverse, chocar, rozar, quebrarse, etc. En este
caso son muy útiles las vibraciones generadas en los sistemas de vocalización
de los organismos, que transmiten señales de un organismo a otro de la misma
especie, útiles para la supervivencia y la actividad colectiva de las especies
sociales. El caso extremo es el lenguaje en el hombre.
El olfato y el gusto informan
de la naturaleza química de los objetos, pudiendo estos ser otras plantas y
animales de interés como potenciales presas (alimento), depredadores o parejas.
El olfato capta las partículas que se desprenden y disuelven en el aire,
captando información a distancia, mientras que el gusto requiere que las
sustancias entren a la boca, se disuelvan en la saliva y entren en
contacto con la lengua. Sin embargo, ambos
trabajan en sincronía.
La
percepción del sabor de los alimentos tiene más de olfativo que gustativo.
Existe en realidad como fenómeno psíquico complejo, la percepción, el resultado
de la interpretación de esas impresiones sensibles por medio de una serie de
estructuras psíquicas que no proceden ya de la estimulación del medio, sino que
pertenecen al sujeto. En la percepción se encuentran inseparablemente las
sensaciones con los elementos interpretativos. Dentro de este análisis es tener
la capacidad para recibir mediante los sentidos las imágenes o sensaciones
externas o comprender y conocer algo.
PROCESO DE PERCEPCION
El proceso de
percepción comienza con un objeto del mundo real, llamado el estímulo distal u objeto distal. Gracias a
las características de la luz, del sonido o algún otro proceso físico, el
objeto estimula los órganos sensoriales del cuerpo. Estos órganos sensoriales
transforman la energía (que juega el papel de información entrante) en
actividad neural, en un proceso llamado transducción. Los patrones de actividad
neural que son así generados son llamados estímulos proximales. Estas señales neuronales son transmitidas
al cerebro y procesadas. La recreación mental del estímulo distal es el percepto. La percepción ha sido a
veces descrita como el proceso de construir representaciones mentales de
estímulos distales usando la información disponible en los estímulos
proximales.
Desde el punto de
vista del receptor de la información sensorial, la percepción puede ser de tipo intermodal o transmodal.
La percepción intermodal (también
llamada intersensorial o multimodal) es la percepción unitaria
o unificada de objetos o eventos a partir de estímulos simultáneos disponibles
a través de más de un canal sensorial. Es decir, que el individuo es capaz de
establecer una relación entre dos tipos de información, por ejemplo,
reconociendo el vínculo entre una voz y la imagen de la persona que habla como
un único acontecimiento.
La percepción
intermodal es esencial en el desarrollo de las funciones cognitivas de los
infantes de muy baja edad. Por ejemplo, ciertos estudios realizados en
laboratorio parecen indicar que los bebés prestan más atención a los estímulos
en los cuales el sonido y la imagen están sincronizados. Este tipo de
experimentos va al encuentro de la creencia según la cual los bebés
experimentan sensaciones discordantes provenientes de cada uno de sus sentidos
durante sus primeros meses de vida.
La percepción transmodal es la
manera en la que el cerebro interpreta la información amodal, es decir, que no
es específica de un solo canal sensorial, sino que puede ser recibida de forma
redundante por varios canales. Por ejemplo, el ritmo de unas manos dando
palmas puede ser percibido a la vez de manera visual, auditiva y háptica.
También es la capacidad del sistema cognitivo humano de traducir un tipo de
información sensorial a otra. La percepción transmodal se encuentra
frecuentemente asociado a las habilidades de imitación. Se ha observado que los
bebés tienen una capacidad innata de traducir un estímulo visual en una acción
motora, por ejemplo, al imitar un adulto cuando este saca la lengua.